Entre las diversas obras de rehabilitación que se suelen realizar en los edificios de nuestro casco histórico, las intervenciones sobre cubiertas y azoteas son sin duda las más habituales. Es por ello que los técnicos de la Sección de Vivienda solemos visitar, un día si y otro también, ese Toledo elevado situado unos cuantos metros por encima de la calle.
Un Toledo distinto, formado por taludes arquitectónicos, planos inclinados, telarañas de cableados, antenas, nubes emplomadas y soles radiantes, escarchas resbaladizas y azoteas sofocantes. Arriba hay otra ciudad distinta, ya no nos valen las referencias que conocemos a pie de calle, fachadas frente a las que pasamos todos los días, casas de conocidos, vecinos o amigos. ¿Hasta donde dice que llega su tejado? Ahí arriba necesitamos lazarillo.
Afortunados somos de poder contemplar nuestra ciudad desde lo alto, desde múltiples rincones y lugares. Y ese mismo deseo lo han tenido desde siempre numerosos toledanos, deseo transformado en realidad y preparado a conciencia. Queremos hoy hablarles de las “salas de vistas”, denominación que una religiosa de clausura del Convento de las Gaitanas utilizó, en un reciente visita técnica, para indicarnos el nombre que solían utilizar para la sala situada en la parte más alta del cenobio. Y que mejor nombre para definir el objeto de esta entrada de nuestro cuaderno de bitácora.
Las salas de vistas suelen ser pequeños miradores cubiertos, a modo de torreones, construidos en las partes más altas de los edificios con el objeto de poder disfrutar de las vistas y de la luz. Si es posible observar, … pero sin ser observado. Se suelen encontrar en edificios de entidad y presentan características constructivas comunes. Generalmente están ejecutadas en obra de fábrica, están cubiertos por una armadura de madera diseñada para quedar vista y en muchos casos decorada, presentan múltiples ventanas de medio punto, … Estas características constructivas no son simples caprichos estéticos. La obra de fábrica dota de estabilidad al conjunto frente al empuje de los vientos y durabilidad ante el azote del agua, cuestión que lleva a la ruina a las salas de vistas ejecutadas exclusivamente con pies derechos de madera. Las armaduras de madera que constituyen las cubiertas suelen ser de par y nudillo, estructuras de mayor prestancia estética pero sobre todo de mayor resistencia. Es importante recordar que una armadura de par y nudillo está ejecutada con el doble de volumen de madera que la tradicional armadura de par e hilera. Si bien hemos conseguido fortaleza estructural y durabilidad ante los agentes externos nos falla la ecuación por exceso de peso, aquí entran en escena las ventanas de medio punto. La apertura de múltiples ventanas, aparte de permitir las vistas, aligera la obra de fábrica. Puestos a abrir un vano en un muro, siempre conseguiremos una mejor relación hueco/resistencia con la disposición de un arco de descarga que con un cargadero horizontal.
En algunos casos las salas de vistas presentan un mayor tamaño, adaptado al nivel de importancia del edificio donde se encuentran, y al número de usuarios que las utilizan. Por ejemplo, en el citado convento de las Gaitanas existe una gran sala de vistas situado sobre la iglesia conventual, presenta gran número de ventanas, algunas de ellas protegidas por ajimeces, para que las monjas puedan contemplar las procesiones sin ser vistas. Recientemente hemos podido visitar este espacio, con objeto de estudiar unas fisuras que han aparecido en la bóveda de la iglesia, y se puede considerar un lugar singular, magnífico.
En el convento de San Clemente existe una sala similar, aunque de menor entidad y desgraciadamente sin uso.
Sala de vistas singular también se puede considerar la existente en la Calle de la Plata nº 3, aunque de pequeño tamaño se puede considerar un ejemplar único. Presenta un suelo de alabastro y se encuentra cubierta por una artesa policromada con decoración plateresca de “candelieri”. Hace unos años tuvo el humilde uso de palomar. Fue restaurada por el Consorcio en el año 2003.
Similar a esta última encontramos otra sala en el actual Museo del Greco, presenta en su cubierta una armadura de par y nudillo decorada de forma muy sencilla con una talla perimetral en forma de cordón franciscano, tiene las típicas ventanas en arquería y actualmente se usa para acoger maquinaria de las instalaciones de climatización del museo.
Adjuntamos a esta entrada fotografías de todo tipo y factura de “salas de vistas” de nuestro casco histórico:
Calle de Santa Fé nº 7. Este torreón originalmente tenía unos revocos decorados con trampantojos de buena factura, tal y como se puede ver en alguna foto antigua de la Plaza de Zocodover. Desconocemos si bajo los revocos actuales todavía se conserva algo de los paramentos originales. En el fondo de la Calle de Santa Fé, donde recientemente ha actuado el Consorcio, si se han recuperado los fingidos que estaban ocultos bajo los revocos modernos.
Calle de la Granada nº 9. Espectacular sala de vistas con decoración de yeserías y armadura de madera de par y nudillo, aleros con labor de menado formando estrellas. Fotografías tomadas antes y después de que una actuación de rehabilitación desafortunada, no subvencionada por el Consorcio, embadurnase de pintura las yeserías, revocase las fachadas con monocapa y macizase las cubiertas con mortero en el año 2006.
Callejón de San Justo s/n. Sala de vistas del “Centro de Estudios Internacionales de Toledo”. Si bien hemos comentado, como característica distintiva de esta salas, la existencia de ventanas en arco, también podemos encontrar otras soluciones “muy toledanas”, como la de utilizar balconeras protegidas con una barandilla de balaustres. Como se puede comprobar en las imágenes las salas de vistas compiten, en altura de miras, con las torres de las iglesias.
Cobertizo de San Pedro Martir nº 3, “El Armiño“. Quizás esta sala de vistas sea la más emblemática de las ejecutadas exclusivamente con madera, estructuralmente hablando. Singular por su altura y esbeltez, parece desafiar gallardamente a los elementos. Completa el conjunto unas inusuales ventanas elípticas a modo de óculos. El Consorcio de la Ciudad de Toledo colaboró en su restauración, con la rehabilitación integral del inmueble donde se ubica, en el año 2003.
Callejón de Cepeda nº 5, la casa del “Patio del Teatro“. Como complemento de este casa-modelo toledana no podía faltar una típica sala de vistas en lo alto de sus cubiertas. Presenta un modelo constructivo de fábrica entramada con una tipología de arquerías rebajadas muy habitual en Toledo. “El Patio del Teatro”.
Obrador de la cera, Catedral Primada. Ya hemos comentado anteriormente que los edificios de entidad tienen salas de vistas de mayor prestancia, éste es un buen ejemplo: potente obra de fábrica y techumbre de par y nudillo con dobles tirantes y cuadrales.
Plaza de El Salvador, Colegio Sadel. Más que una sala de vistas podemos hablar de una azotea de vistas, su emplazamiento, situada en la cabecera de la vaguada de la Calle Santa Úrsula, le permite otear la cara sur de la ciudad histórica teniendo como fondo la Ronda del Valle.
Plaza Cardenal Silíceo s/n, Ampliación del Real Colegio de Doncellas Nobles de Toledo. Actual Oficina de Control y Eficacia Presupuestaria de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Obra de fábrica muy elaborada, vistas de la Vega del Tajo hacia poniente, este torreón ve alejarse el río hacia el horizonte. Su armadura de madera está ejecutada con simples rollizos ¿?, en claro contraste con su valiosa fachada. Puede ser que en origen estos rollizos estuviesen ocultos por un falso techo que las goteras, bastante habituales en esta sala, hayan echado a perder.
Plaza de Santa Clara, Palacio del Marqués de Malpica. Desde esta sala de vistas, en contraposición a la anterior, se observa la llegada del río Tajo a Toledo, vistas lejanas al levante. Tiene en su interior una magnífica armadura de madera de par y nudillo apeinazada con lazo de ocho.
Plaza de Buzones nº 6, Convento de Santo Domingo el Real. Zona utilizada por la Gerencia Regional del Catastro de Castilla-La Mancha. Sala de vistas de reciente construcción, destinada a la humilde pero importante función de ocultar, utilizando una imagen tradicional, la maquinaria de las instalaciones de climatización de las oficinas existentes en esta parte del edificio.
Callejón de Juan Guas nº 4, edificio de vecinos recientemente restaurado con ayudas del Consorcio. Los andamios colocados en una reciente rehabilitación de cubiertas, al fondo del callejón de Juan Guas, nos permiten volar por encima del mar de tejas y contemplar el entorno de esta sala de vistas.
Calle Sillería nº 6. En este edificio neoclásico podemos encontrar una curiosa sala de vistas de planta octogonal, accesible únicamente por una escalera exterior de caracol. Su perímetro es rodeable exteriormente gracias a la existencia de un pequeño pasillo protegido por barandilla. Muy castigado por la intemperie fue rehabilitado, con ayuda del Consorcio, en el año 2011 por el maestro de obras Roberto Peña.
Calle Aljibes nº 10. Este edificio familiar de noble traza tiene en su parte alta una soleada sala de vistas, por desgracia muy poco utilizada. Aprovecharemos esta imagen para indicar que otro de los elementos habituales, que encontraremos en las salas de vistas, son los remates de forja en las partes más altas de las cubiertas, sobre caballetes o en el encuentro de las limatesas, como en este caso. Veleta, cruz, pararrayo, bola o espadañas empotrada sobre el nabo central o la hilera de la armadura de madera.
Travesía de la Plata nº 2. Quizás esta sala de vistas sea la que se encuentre a mayor cota de todas las que hay en el casco histórico, y es por ello que desde su interior se puede contemplar toda la ciudad. Se encuentra ubicada en un edificio de vecinos, y como en muchos de ellos se utiliza este espacio para tender la ropa a cubierto. Esta sala de vista ha sido fuente de inspiración para el pintor japonés Tadashi Ohnuma.
Calle de la Sal nº 5. Esta casa es conocida en Toledo por pasar bajo ella una cloaca romana (Alcantarilla Calle de la Sal) pero no sólo es interesante este edificio por su subsuelo, allá arriba en sus cubiertas encontraremos una buena sala de vistas, que solanera busca el sur. Ésta no es la más alta del casco, como la comentada en el ejemplo anterior, pero en su interior quizás si se encuentre la cama situada a mayor cota.
Cuesta de la Sal nº 2. Torreón restaurado bajo la dirección del arquitecto Jose Antonio Rosado, se encuentra muy cerca de la Catedral Primada y por tanto tiene buenas vistas de ella. Aquí no encontramos las típicas ventanas de medio punto, los vanos son adintelados. Potentes muros de fábrica en todo el alzado.
Plaza de San Justo nº 6. Sala de vistas ejecutada con estructura de madera, presenta en su lado de poniente, de donde suelen soplar los vientos en Toledo, un peto de albañilería para atenuar la entrada de agua de lluvia. Si bien el edificio es de construcción moderna, se ha recreado con acierto una sala de vistas tradicional.
Calle Sixto Ramón Parro nº 5, Restaurante los cuatro Tiempos. Dos mejor que uno, este edificio disfruta por partida doble de las salas de vistas. Es lógico puesto que desde sus ventanas casi se puede tocar la Catedral Primada. Estos torreones sólo abren ventanas decoradas en redondo hacia ella.
Calle Alfonso XII nº 9. Amplia sala de vistas comunitaria, de edificio de vecinos, muy parecida a la de la Travesía de la Plata nº 2. Como ella su uso principal es de tendedero de ropa. Tiene vistas privilegiadas de la Iglesia de los Jesuitas y del Valle. Fábrica entramada ligera, presenta su lado corto al empuje de los vientos.
Calle Horno de los Bizcochos nº 5, Hotel Toledo Imperial. Esta sala de vistas la he podido localizar contemplando una foto del Alcázar. Si bien se levanta humildemente a los pies del torreón suroeste de esta fortificación, tiene unas espectaculares vistas de la Catedral y de los atardeceres sobre Toledo ( http://www.hoteltoledoimperial.com/fotos-toledo/ )
Calle del Cardenal Lorenzana nº 4 y 6. No voy a ser yo menos que mi vecino … Eso parecen decir estas dos salas de vistas situadas en edificios contiguos y medianeros. Esta circunstancia la podemos contemplar en la Calle de la Plata, las salas de vistas se encadenan una tras otra a lo largo de esta calle.
Callejón de los Usillos nº 4. Sala de vistas gemela a la del Callejón de Cepeda nº 5, seguramente ejecutada por las mismas manos. Esta pequeña joya, sofocada parcialmente por construcciones más modernas, todavía puede atisbar en la lejanía la torre de nuestra Catedral. Actualmente la Sección de Vivienda del Consorcio está elaborando la documentación técnica que permitirá la rehabilitación por fases de este edificio del siglo XVI y su torreoncillo.
Calle de la Ciudad nº 17, Casa de los Toledo. Aquí no encontraremos sala de vistas. Traemos no obstante a colación esta fotografía para indicar que las disposiciones constructivas de las partes altas de los edificios toledanos siguen patrones similares a los señalados para las salas-miradores: ventanales con arquerías.
Travesía de San Torcuato nº 3, ” Casa de la Miñacas “. Sala de vistas sobre pilares ochavados, este formato de construcción es muy común de las solanas mudéjares. Existe una sala muy parecida en la Calle de la Plata nº 17.
por Jose María Gutiérrez Arias