Confieso que no pensaba obtener información de relevancia del deterioradísimo tercer escudo de la serie que estamos tratando sobre heráldica del Salón Rico (las otras entradas pueden seguirlas aquí https://consorciotoledo.com/blog-adarve/heraldica-en-el-salon-rico-del-corral-de-don-diego-i/, aquí https://consorciotoledo.com/blog-adarve/heraldica-en-el-salon-rico-del-corral-de-don-diego-ii/ y aquí https://consorciotoledo.com/blog-adarve/heraldica-en-el-salon-rico-del-corral-de-don-diego-iii/)

Pensaba limitarme a dibujar una posible interpretación del diseño heráldico, blasonarlo y fin de la entrada pero, lectores fieles, he de decirles que Toledo es inagotable y siempre tiene un gigante al que auparse sobre sus hombros. Les invito a acompañarme en este viaje heráldico subidos sobre la gargantuesca figura de la investigadora Dña. Balbina Martínez Caviró, que en paz descanse, quien ha sido la artífice, a través de sus escritos, de ponernos sobre la pista del escudo que hoy tratamos y que no es otro que el que en la primera entrada convenimos en blasonar: de gules, cinco leones rampantes de oro colocados en sotuer.

Pero primero hablemos del diseño. El deterioro es tal que cuesta interpretar el color e incluso las figuras representadas pero, pueden apreciarse en la foto anterior los ojos y las cabezas de lo que parecen leones, por lo que la interpretación por la que apostamos es la que puede observarse en la siguiente ilustración:

El campo de gules lo confirmaremos más adelante con pruebas gráficas. Lo poco que queda de los leones permite saber que son cinco (de oro o plata aunque nos decantamos por lo primero) y que están colocados en aspa, la figura que en heráldica se conoce con el nombre francés de «sautoir» o con los castellanizados «sotuer» o «sautor».

En cuanto al león, es la figura heráldica que ha sido más utilizada a nivel mundial. También en España, cuyo momento más antiguo de aparición nos remite al escudo heráldico de Alfonso VII de León (en 1148, según cita Luis F. de Messía en su libro Heráldica Española).

Con los leones siempre ocurre que pueden confundirse con leopardos pues la representación medieval heráldica de estos dos animales es prácticamente idéntica, sin embargo, si atendemos a lo que Martín de Riquer nos traslada en su Heráldica castellana sobre lo dicho por el tratadista Alonso de Torres:

«El león es rampante, o sea que se representa en postura erecta y con la cabeza de perfil, debido a lo cual sólo se le ven un ojo y una oreja. El leopardo es pasante, o sea que se representa caminando y con la cabeza vuelta hacia el espectador, por lo cual se le ven los dos ojos y las dos orejas. Cuando las fieras están en estas actitudes no es necesario precisar que un león es rampante o que un leopardo es pasante, y basta con blasonar “un león” o “un leopardo”. Pero si el animal es rampante y tiene la cabeza vuelta hacia el espectador y por lo tanto se le ven los dos ojos y las dos orejas, hay que blasonar que se trata de un “león leopardado”; y si es pasante y muestra la cabeza de perfil, de modo que sólo se le ven un ojo y una oreja, se trata de un “leopardo leonado”».

Siguiendo este criterio, en nuestro caso los animales representados serían leones (por ser rampantes) y leopardados (por vérseles los dos ojos y las dos orejas al mirarnos directamente)

Balbina Martinéz Caviró en su artículo «El señorío toledano de Ajofrín. Los Barroso y los Ben Furón» dice que en el convento de Santo Domingo el Antiguo «nos sorprende gratamente un bellísimo sepulcro con figura yacente situado en el retrocoro perteneciente a un joven caballero muerto en 1385, en la batalla de Troncoso, Juan Alfonso de Ajofrín». Más adelante comenta «Cerca, en el antiguo coro de la comunidad, yace su madre, doña Inés García Barroso, bajo una lápida de alabastro decorada con sus armas: de gules, cinco leones de plata puestos en sotuer». Estas últimas palabras son el disparadero para conectar nuestro escudo con el de los Barroso y, aunque Balbina los ve de plata, los leones del escudo del sepulcro del caballero de Ajofrín son de oro como pueden ver en el león de arriba a la izquierda en la imagen anterior (además pueden observarse los restos de policromía roja del fondo: el campo de gules).

Hemos podido comprobar in situ las palabras de la autora visitando el convento de Santo Domingo el Antiguo (gracias a su comunidad de monjas cistercienses por facilitarnos el acceso tan amablemente), donde sepulcro y lauda siguen desafiando el paso del tiempo. En ambos monumentos el escudo de los cinco leones aparece protagonista (fotografía anterior: sepulcro, y siguiente: lauda).

El sepulcro del caballero muerto en la batalla (algunos autores la califican de escaramuza o cabalgada simplemente) de Troncoso, Juan Alfonso de Ajofrín, muestra una inscripción perimetral en caracteres góticos que no puede leerse completa por ocultar la hornacina donde se aloja tres de sus cuatro lados. No obstante, Ximénez de Sandoval en su libro sobre la batalla de Aljubarrota nos propone una lectura completa de la inscripción epigráfica:

«Aquí yace D. Juan Dajofrin que Dios perdone; fué fijo de Pedro Alonso Dajofrin y de doña Inés Barroso. Este caballero fué bueno é muy honrrado, i murió en la guerra de Aljubarrota, año M.CCC.LXXXII»

Si han estado atentos les extrañarán dos cosas. La primera, que dice que murió en Aljubarrota cuando Balbina Martínez Caviró nos indica que murió en Troncoso. La segunda, que la fecha de su fallecimiento según la lectura de Sandoval fue 1382, cuando las batallas de Troncoso y Aljubarrota tuvieron lugar el mismo año de 1385. El tema de la batalla puede comprenderse porque la inscripción del sepulcro cita la «guerra», lo que puede entenderse como el proceso bélico que terminó en Aljubarrota (por ejemplo el episodio de Troncoso) y no como la batalla de Aljubarrota en concreto. El asunto de la fecha es más peliagudo pues puede tratarse de un error del lapicida al tallar la fecha o que la lectura de Sandoval esté erratada o bien que la fecha sea correcta y el caballero muriera antes de las batallas de Aljubarrota y Troncoso, aunque dentro del mismo contexto bélico .

En cualquier caso, el sepulcro de Juan Alfonso de Ajofrín nos está indicando la heráldica de la familia Barroso de Toledo, coincidente a la aparecida en el Salón Rico del Corral de Don Diego.

Los Barroso del siglo XIV en Toledo proceden del linaje de los Barroso de Galicia. Construyeron sus casas principales en lo que hoy es el Archivo Histórico Provincial y la Delegación de Hacienda de Castilla-La Mancha (calle Trinidad nº 10 y nº 8). Posteriormente estas casas pasaron a manos de la familia Niño y como último uso antes del actual funcionaron como convento de Jesús y María. El edificio del archivo histórico conserva, en proceso de restauración, un salón o palacio con dos alcobas en los extremos (idéntica tipología al Taller del Moro pero a escala doméstica), de las cuales conserva una completa. La decoración a base de yeserías policromadas y vigas pintadas es sencillamente sobrecogedora aún hoy día: https://cultura.castillalamancha.es/yeserias-mudejares-del-archivo-historico-provincial-de-toledo. En esta espectacular sala se conservan escudos heráldicos que nos ponen sobre la pista de la familia Barroso pues representan el escudo del antiguo linaje gallego (ajedrezado o jaqueles blancos y rojos) y otro de campo rojo, tan deteriorado o incompleto como para no poder saber si contiene leones, pero que María José Mendoza y Juan José Cano (Reno Arqueología) proponen en su informe heráldico anexo a la memoria de restauración de los trabajos realizados en 2016, que «[…] sería más lógico que el escudo rojo no esté terminado faltándole los leones […]», abundando en la heráldica de los cinco leones en sotuer que tenemos entre manos. (Ilustración anterior: foto izquierda, escudo heráldico todo de gules presumiblemente incompleto de los Barroso de Toledo, del salón mudéjar del archivo provincial. Foto central, escudo jaquelado de los Barroso de Galicia, también en el archivo. Foto derecha, escudo de los Barroso de Galicia en la portada del Convento Madre de Dios).

Doña Inés Barroso, madre del caballero de Ajofrín, fue enterrada en el convento de Santo Domingo el Antiguo, tal y como nos cuenta Balbina Martínez Caviró. Su lápida sigue allí, impasible, con sus delicadas letras góticas a la vista de quien quiera leerlas. Propongo la siguiente lectura (mi profundo agradecimiento a Leonor Zozaya Montes, paleografista extraordinaria, por su ayuda desinteresada con la resolución de las abreviaturas del epígrafe):

/1 AQUI · YAZE· LA · NOBLE · DON(N)A · YNE /S BARROSO · FYJA · DE · DO(N) · GARCIA · FERNA(N)DES · BARROSO · MUGER · Q(UE) · FUE · DE /3 PERO · G(ARCIA) · SEN(N)OR · DE · AJOFRIN · /4 MADRE · DESTE · M(ONASTERI)O · A(NTIGU)O· Q(UE) · AQUI · ESTA · EN ESTE · BULTO · FINO · AN(N)O · DE · M · CCCC· XII · AN(N)OS

Aquí yaze la noble donna Ines

Aquí yace la noble doña Inés

Barroso fyja de don Garcia Fernandes Barroso muger que fue de

Barroso, hija de don García Fernández Barroso, mujer que fue de

Pero Garcia sennor de Ajofrin

Pedro García, señor de Ajofrín,

madre deste monasterio antiguo que aqui esta eneste bulto. Fino anno de MCCCCXII annos.

madre de este monasterio antiguo que aquí está en este bulto. Finó (murió) el año de 1412 años.

Aportamos en la ilustración anterior las fotografías infrarrojas del arqueólogo Antonio Gómez Laguna. En este caso, la visión en el espectro infrarrojo no aporta información adicional a la ya visible, pero confirma nuestras hipótesis formales y compositivas.

Siguiendo lo dicho más arriba sobre que los leones heráldicos son siempre rampantes si no se especifica otra cosa en el blasonado, podemos simplificar el blasonado inicial e incluir el detalle de los dos ojos comentado, con lo que la descripción definitiva de nuestro escudo leonino quedaría: de gules, cinco leones de oro leopardados colocados en sotuer.

Todo parece apuntar a que el escudo descrito en esta entrada hace referencia a un miembro de la familia Barroso del siglo XIV, contemporáneo del conflicto bélico que desembocó en Aljubarrota, seguramente don Juan Alfonso de Ajofrín. Aunque no podemos certificarlo por completo, lo lanzamos como hipótesis plausible. Queda en el aire la relación que los Barroso pudieron guardar con los propietarios de las casas principales de la familia García de Toledo, donde se alojaba el Salón Rico, cuestión que desarrollaremos en una última entrada futura, tras terminar con el repaso heráldico de los cuatro escudos del Salón Rico (aún nos queda uno más).

FUENTES:

· Alonso de Torres, Garci. Blasón d´armas. Manuscrito 529. Biblioteca de Catalunya. Barcelona

· Bardasano, Carolina y Perla, Antonio. Estudio sobre el Palacio de Don Diego. Inédito, 2016

· De Cadenas y Vicent, Vicente. Fundamentos de heráldica. Ciencia del blasón. Hidalguía. Móstoles, 1994.

· Delgado y Ugarte, Josu Imanol y Martínez Larrañaga, Fernando. Manual de Heráldica. La ciencia del blasón. Editatum. Torrazza Piamonte (Italia), 2019.

· Fernández de Córdoba Miralles, Álvaro. Bajo el signo de Aljubarrota: la parábola emblemática y caballeresca de Juan I de Castilla (1379-1390). En la España Medieval, 2014, vol. 37 9-84

· Martínez Caviró, Balbina. Sobre los ben Furón, señores de Ajofrín. Anales de historia del arte, ISSN 0214-6452, Nº 4, 1993-1994, págs. 441-454

· Martínez Caviró, Balbina. El llamado palacio de Oñate en Toledo y sus sucesivos propietarios. Anales de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, ISSN 1133-1240, Nº. 8, 1, 2004, págs. 299-316

· Martínez Caviró, Balbina. El señorío toledano de Ajofrín. Los Barroso y los Ben Furón. Hidalguía: la revista de genealogía, nobleza y armas, ISSN 0018-1285, Nº. 340-341, 2010, págs. 397-414

· Messía de la Cerda y Pita, Luis F. Heráldica española. El diseño heráldico. Aldaba Ediciones. Madrid, 1990.

· Morollón Hernández, Pilar. Caballeros toledanos al servicio de los reyes en el siglo XIV. Anales toledanos, ISSN 0538-1983, Nº42, 2006, págs. 7-44

· Pérez Higuera, María Teresa. Ferrand González y los sepulcros del taller toledano (1385-1410). Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología: BSAA, ISSN 0210-9573, Tomo 44, 1978, págs. 129-142

· Rojas, Pedro de. Discursos ilustres históricos, i genealógicos. Impresor del Rey Ioan Ruiz de Pereda. Toledo, 1636.

· Riquer y Morera, Martín de. Heráldica castellana en tiempos de los reyes católicos. Biblioteca Filológica, Quaderns Crema, Barcelona, 1986.

· Ximénez de Sandoval, C. La batalla de Aljubarrota. Monografía histórica y estudio crítico-militar. Imprenta Rivadeneyra. Madrid, 1872.

· https://guiartetoledo.es/en-busca-del-sepulcro-2

· https://caballerosyarte.blogspot.com/2014/11/juan-alfonso-senor-de-ajofrin.html

· Mendoza Traba, María José y Cano Martín, Juan José. Estudio, descubrimiento y restauración de la decoración y paramentos de la «sala mudéjar» del archivo histórico provincial de Toledo. Anexo 1: Estudio Heráldico. Ministerio de Educación Cultura y Deporte. Dirección General de Bellas Artes. 2016. Archivo histórico provincial de Toledo.

Agradecimientos:

· a Carolina Peña Bardasano y Antonio Perla, por su fascinante estudio histórico sobre el Salón Rico.

· a Antonio Gómez Laguna, por el meticuloso trabajo arqueológico de documentación mediante fotografía infrarroja de las policromías del Salón Rico.

· a Miguel Ángel Bonache, por la información que día a día descubre durante los trabajos de restauración del Salón Rico y las horas de conversación erudita compartidas.

· a Josu Imanol Delgado y Ugarte, por su ayuda desinteresada en las primeras fases de la investigación.

· a María Eugenia Alguacil Martín, por facilitarnos el acceso al conocimiento, desde el Archivo Histórico Provincial de Toledo, de manera tan agradable.

4 comentarios
  1. Francisco Javier Rojas Asensio
    Francisco Javier Rojas Asensio Dice:

    Buenas tardes Pablo, magnífico trabajo de estudio y divulgación. Gracias por ello. Un saludo

  2. Erasmo
    Erasmo Dice:

    Interesantísimo, como siempre. Las ilustraciones no tienen precio. ¿No cabría pensar que los leones van cargados cada uno de tres fajas, hoy perdidas? Porque no es muy probable que se hayan deteriorado todos en bandas horizontales uniformemente repartidas.
    Preciosas las yeserías del Archivo; por cierto que las armerías de los rombos las atribuyen a Mencía García de Sotomayor. No se pensaría hoy en esos colores.

  3. Pablo González Collado
    Pablo González Collado Dice:

    Gracias por el comentario, Erasmo. Las fajas jaqueladas de oro y gules de los leones de los Barroso que se ven en algunas representaciones heráldicas de este linaje, tengo entendido que se añadieron después. En el Salón Rico parece que tenemos las armas primitivas de los Barroso de Toledo (s. XIV), las que aparecen en el sepulcro de Juan Alfonso de Ajofrín y en la tumba de su madre Inés García Barroso, es decir, los cinco leones leopardados de oro colocados en sotuer sobre campo de gules, que hemos tratado en esta entrada. No hemos identificado restos de las fajas que menciona, aunque nada es descartable al 100% dado el estado de conservación tan precario de los escudos, que no nos dejan contemplarlos en todo su esplendor. Todo lo expuesto en esta serie de entradas sobre heráldica son hipótesis, argumentadas y documentadas, que poco a poco van formando una teoría que tiene sentido.

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