Con esta entrada cerramos el capítulo heráldico en el Salón Rico del Corral de Don Diego, pero primero hemos de hacer un par de matizaciones respecto de las entradas anteriores para preparar el relato de la presente.

La primera es que especulábamos en la entrada II de esta serie (https://consorciotoledo.com/blog-adarve/heraldica-en-el-salon-rico-del-corral-de-don-diego-ii/), con que el escudo de las fajas horizontales remitiera al linaje de los Illán, por compartir elementos heráldicos (fajas, jaquelados, etc.). También decíamos que los esmaltes presentaban tal deterioro que no nos atrevíamos a asegurar por completo el diseño del escudo en cuanto a color, y proponíamos varias versiones modificando colores y metales. Hoy, transcurrido cierto tiempo desde que comenzamos la restauración de las policromías del Salón Rico, debemos actualizar la información, proponiendo una interpretación ligeramente diferente en cuanto al blasonado de los esmaltes y desmarcándonos del linaje Illán. Lo que blasonábamos: «de oro, tres fajas gemelas jaqueladas en dos órdenes de azur y plata, cargadas de una faja de gules», es actualizado a: de plata, tres fajas gemelas jaqueladas en dos órdenes de oro y gules, cargadas de una faja de sable».

Como ven en la ilustración siguiente, la incertidumbre sobre los esmaltes del escudo es grande debido a su deterioro avanzado (imagen izquierda). Los jaqueles que se ven negros podrían ser azules en lugar de rojos o las fajas podrían ser rojas, en lugar de negras como proponemos en el blasonado y en el dibujo. Dado que no podemos estar seguros plenamente, se ha optado por representar la heráldica más extendida de los Sotomayor, con fines didácticos (derecha).

En efecto, esta heráldica de gemelas jaqueladas cargadas de fajas, nos remite al linaje Sotomayor, el cual encaja a la perfección con el contexto heráldico e histórico en que nos encontramos y que estamos desarrollando en el blog. De esta familia tenemos un personaje importante llamado Diego Gómez Barroso de Sotomayor, Maestre de la Orden de Alcántara y muerto en batalla contra los portugueses, tal y como explica la «Coronica de la Orden de Alcantara» de Alfonso de Torres y Tapia. Sabemos que este enfrentamiento bélico conocido como batalla de Los Atoleiros, se produjo el 6 de abril de 1384. Diego Gómez Barroso de Sotomayor, natural de Toledo y Maestre número 28 de la Orden de Alcántara durante apenas un año, murió en esta batalla y fue enterrado en la iglesia de Santa María de Almocóvar (Alcántara, Cáceres). Aunque no se ha podido encontrar la tumba del caballero Sotomayor en dicha iglesia (fue reformada ampliamente en el siglo XVI), los escudos heráldicos con el blasón de los Sotomayor que se conservan en Alcántara y la abundancia de este apellido entre los maestres posteriores de la orden militar, confirman de manera indirecta lo contado sobre Frey Diego Gómez Barroso de Sotomayor (gracias Jaime Martín, cronista de Alcántara, por las gestiones).

Ilustración anterior: escudos heráldicos de Alcántara (Cáceres). Fotografías de Jaime Martín Grados Reguero, cronista de la villa. (Izquierda: escudo que representa a los linajes Topete, Sotomayor, Mesa y Escobar. Siglo XV) / Derecha: escudo de Gonzalo Sánchez de Alcántara y Juana González de Sotomayor. Siglo XIV)

La segunda cuestión que queremos matizar es sobre la entrada III, la que versaba sobre el escudo de seis palomas azules de Diego García de Toledo (https://consorciotoledo.com/blog-adarve/heraldica-en-el-salon-rico-del-corral-de-don-diego-iii/): decíamos allí, que estábamos seguros de que las armas descritas pertenecían a un Diego García de Toledo (recordamos que se llamaron Diego durante siete generaciones) y que seguro que no eran las del iniciador del linaje (por aquello de la filiera o bordura que presenta el escudo, modificando las armas plenas del fundador del linaje), por lo que se las atribuíamos a un descendiente. Hoy podemos decir, con razonable certeza, que pertenecen a Diego García de Toledo IV. Sabemos por la «Crónica de los reyes de Castilla» del Canciller Pero López de Ayala (quien combatió en Aljubarrota en el lado castellano y fue hecho prisionero por los portugueses) que Diego García de Toledo, murió en la batalla de Aljubarrota. Lo dice en el capítulo de su crónica dedicada al rey Juan I en el epígrafe «Cómo el rey don Juan, después de la batalla desbaratada, partió del campo, é llegó é Santarén: e como entró en la mar, e se fue para Sevilla: é qué Caballeros morieron en la batalla». Estremece leer dentro de la lista de 23 caballeros insignes de Castilla citados por el Canciller como muertos en 1385 en la batalla de Aljubarrota, el nombre del cuarto Diego García de Toledo, propietario del mismo Salón Rico que hoy nos encontramos restaurando.

Aljubarrota es la guerra en la que Castilla perdió sus derechos sucesorios sobre la corona portuguesa y que además conecta a nuestros cuatro personajes localizados a través de sus escudos heráldicos en el Salón Rico. La primera conclusión importante que obtenemos de este estudio a través de la heráldica es que los cuatro personajes representados murieron en esta guerra:

· Diego Gómez Barroso de Sotomayor en la batalla de Los Atoleiros. 6 de abril de 1384. Enterrado en la iglesia de Santa María de Almocóvar en Alcántara (Cáceres).

· Juan Alfonso de Ajofrín en la batalla de Troncoso. 29 de mayo de 1385. Su sepulcro está en el convento de Santo Domingo el Antiguo de Toledo.

· Pedro Suárez de Toledo, en Troncoso. 29 de mayo de 1385. Su sepulcro está en el museo Marés de Barcelona.

· Diego García de Toledo, en Aljubarrota. 14 de agosto de 1385. Su cuerpo debería estar en la iglesia de la Magdalena, en la capilla que, según nos cuentan Antonio Perla y Carolina Peña en su estudio sobre el Salón Rico, tenían los García de Toledo, pero la desaparición de la primitiva iglesia nos veta este conocimiento.

Esta conclusión tiene un doble valor: el puramente documental para acrecentar el conocimiento del edificio que tenemos entre manos y el de certificar que la Heráldica como Ciencia, tratada con rigor, cumple su función de llave que abre las puertas hacia el pasado medieval ignoto.

Dicha guerra tuvo tres episodios bélicos principales entre 1384 y 1385 (además del asedio de Lisboa): la batalla de Los Atoleiros, la batalla de Troncoso (o Trancoso) y la propiamente dicha de Aljubarrota. Tres derrotas castellanas seguidas. El contexto histórico es el siguiente: El rey de Castilla, Juan I de Trastámara (hijo de Enrique II), casado con Beatriz de Portugal (hija del último rey portugués legítimo, Fernando I), quería hacer valer los derechos sucesorios de su esposa a la corona portuguesa y hacerse con el trono. Disponía del apoyo de una gran parte de la nobleza lusa, pero no de la otra mitad, quienes no querían injerencias castellanas en su territorio. Esta última facción, coronó a Joao, Maestre de la Orden de Avis, como rey de Portugal, saltándose los acuerdos que había firmado con Castilla el rey difunto Fernando I. Juan I decidió imponerse por las armas e invadió el país vecino con apoyo de contingentes franceses. Portugal solicitó ayuda de inmediato a su socio inglés pues Juan de Gante, Duque de Lancaster, hijo de Eduardo III de Inglaterra y marido de Constanza (la hija de Pedro I «el cruel», el rey de Castilla asesinado en 1369 en Montiel por su hermanastro Enrique II de Trastámara) creía tener derechos a través de su esposa Constanza para con el trono castellano. Un triángulo peligroso de intereses dinásticos entre los tres «Juanes».

Éste es el contexto en el que se inserta nuestro Salón Rico, con personajes asociados al edificio participando de los principales acontecimientos de su época. La segunda conclusión que extraemos de este estudio, por tanto, es que estos hechos históricos ponen en la órbita internacional del siglo XIV a nuestro Salón Rico, a través de los personajes toledanos representados en él, pues Francia e Inglaterra y Castilla y Portugal se enfrentaron en suelo peninsular casi como una prolongación de la Guerra de los Cien Años que franceses e ingleses mantenían de manera interminable.

La tercera conclusión de la serie de entradas heráldicas es el parentesco de los personajes representados en los escudos de la armadura de cubierta del Salón Rico, que resumimos en el siguiente cuadro genealógico (gracias a Carolina Peña Bardasano y a Antonio Perla de las Parras, por estudiar con tanto detalle el Salón Rico y verificar, corregir y completar el esquema siguiente. Sin su concurso en esta historia no hubiera podido cerrar las hipótesis).

Como puede verse en el cuadro, Juan Alfonso de Ajofrín, Diego Gómez Barroso Sotomayor y Diego García de Toledo IV, son primos. Además, Diego García de Toledo IV y Pedro Suárez de Toledo son cuñados, por ser Pedro hermano de la esposa de Diego García de Toledo, llamada Mencía de Ayala.

La siguiente conclusión, la cuarta, es que el Salón Rico eleva su ya digna condición de importante, aunque desconocido Bien de Interés Cultural (BIC) toledano, a la de espacio aúlico con connotaciones funerarias por la intención conmemorativa de los luctuosos hechos de la guerra de Aljubarrota con la que parece haberse construido, o al menos decorado, su artesonado octogonal.

La quinta conclusión es que la Heráldica, como Ciencia empleada con rigor en un estudio histórico, arqueológico, arquitectónico, artístico, etc. es una herramienta poderosa que permite obtener información más que relevante.

Y por último, la sexta, que más que una conclusión es una hipótesis: Mencía de Ayala, esposa de Diego García de Toledo IV, como propietaria viuda del Salón Rico (y del resto de propiedades familiares), tras haber perdido en un año a su marido (Diego) y a su hermano (Pedro Suárez de Toledo) y a los primos de su marido (Juan Alfonso y Diego Gómez Barroso de Sotomayor), pudo decidir erigir un monumento funerario en recuerdo de sus familiares fallecidos en la guerra contra Portugal del rey castellano Juan I de Trastámara. Imaginen el dolor de la pobre Mencía. Creemos que debió ser ella la promotora de las obras de construcción de semejante maravilla arquitectónica que es el artesonado apeinazado de limas moamares, ejemplo canónico de la Carpintería de lo Blanco castellana, o al menos, del programa decorativo que luce el Salón Rico del Corral de Don Diego. A favor de esta hipótesis está la frase que en la página once de su testamento, fechado en 1397, dice refiriéndose a su hijo Diego García de Toledo V: «[…] le mando mas todo lo que yo labre en las casas suias de su morada que son en Toledo a la Collacion de la Madalena». El hecho de que diga «labré» puede estar indicándonos que reformó sus casas, y, aunque no especifica cómo, parece plausible que se refiera a la reforma del Salón Rico que hemos sugerido.

Para Toledo, el conflicto dinástico Avis-Trastámara que termina en Aljubarrota con la derrota castellana, fue especialmente penoso, perdiéndose mútiples cabezas de los más ínclitos linajes toledanos. Un siglo duro el XIV para nuestra ciudad. A cambio, el genio artístico de estas gentes nos ha legado momentos álgidos en forma de edificios como el Salón Rico, sepulcros escultóricos como los del taller de Ferrand González, ecos heráldicos y otros valores culturales que la inagotable historia de Toledo atesora.

Resumimos a continuación las conclusiones del estudio:

1 · Los cuatro personajes representados en la heráldica del Salón Rico murieron en el conflicto bélico del siglo XIV entre Portugal y Castilla por el trono portugués.

2 · El Salón Rico entra en la órbita internacional al formar parte de la historia peninsular y europea (Portugal – Castilla – Inglaterra – Francia).

3 · Los cuatro personajes pertenecen a la misma familia (tres de ellos son primos y dos, cuñados).

4 · El Salón Rico tiene connotaciones funerarias por su programa decorativo conmemorativo.

5 · La Heráldica, utilizada con rigor, es una Ciencia más que útil para la investigación.

6 · Mencía de Ayala es, con gran probabilidad, la artífice del Salón Rico tal y como lo conocemos hoy (del artesonado ochavado o, como mínimo, la promotora del programa decorativo).

Como despedida, decir que con esta serie de seis entradas hemos pretendido acercarles la Heráldica como ciencia, tratando de despertar su interés por ella y divulgando, además, una pequeña parte de lo que en el Salón Rico encontramos día a día.

Las hipótesis efectuadas conforman una teoría que resuelve un espectro importante de las incógnitas que plantea el artesonado del Salón Rico, aunque no todas, las cuales invito a los fieles lectores de este blog (ustedes) a resolver. Ruego sepan disculpar las omisiones o errores que pueda haber cometido a lo largo de toda la investigación, pues el que suscribe, ni es heraldista, ni genealogista o historiador, sino tan sólo un entusiasta diletante de todas estas disciplinas.

Gracias por habernos acompañado hasta aquí.

FUENTES:

· Alonso de Torres, Garci. Blasón d´armas. Manuscrito 529. Biblioteca de Catalunya. Barcelona.

· Amador de los Ríos, Rodrigo. Monumentos arquitectónicos de España. Martín y Gamoneda Editores. Madrid, 1905.

· Bardasano, Carolina y Perla, Antonio. Estudio sobre el Palacio de Don Diego. Inédito, 2016.

· De Cadenas y Vicent, Vicente. Fundamentos de heráldica. Ciencia del blasón. Hidalguía. Móstoles, 1994.

· Delgado y Ugarte, Josu Imanol y Martínez Larrañaga, Fernando. Manual de Heráldica. La ciencia del blasón. Editatum. Torrazza Piamonte (Italia), 2019.

· Fernández de Mendoza, Diego. Libro de los linajes principales de Hespanna: https://bibliotecadigital.rah.es/es/consulta/registro.do?id=45821

· Franco Mata, Mª Ángela. Sepulcro de Pedro Suárez de Toledo. Catálogo de la escultura medieval del Museo Marès. Barcelona, 1991.

· López de Ayala, Pedro. Crónica de los reyes de Castilla. S. XIV

· Martínez Caviró, Balbina. Sobre los ben Furón, señores de Ajofrín. Anales de historia del arte, ISSN 0214-6452, Nº 4, 1993-1994, págs. 441-454

· Martínez Caviró, Balbina. El llamado palacio de Oñate en Toledo y sus sucesivos propietarios. Anales de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, ISSN 1133-1240, Nº. 8, 1, 2004, págs. 299-316

· Martínez Caviró, Balbina. El señorío toledano de Ajofrín. Los Barroso y los Ben Furón. Hidalguía: la revista de genealogía, nobleza y armas, ISSN 0018-1285, Nº. 340-341, 2010, págs. 397-414

· Mendoza Traba, María José y Cano Martín, Juan José. Estudio, descubrimiento y restauración de la decoración y paramentos de la «sala mudéjar» del archivo histórico provincial de Toledo. Anexo 1: Estudio Heráldico. Ministerio de Educación Cultura y Deporte. Dirección General de Bellas Artes. 2016. Archivo histórico provincial de Toledo.

· Messía de la Cerda y Pita, Luis F. Heráldica española. El diseño heráldico. Aldaba Ediciones. Madrid, 1990.

· Morollón Hernández, Pilar. Caballeros toledanos al servicio de los reyes en el siglo XIV. Anales toledanos, ISSN 0538-1983, Nº42, 2006, págs. 7-44

· Pérez Higuera, María Teresa. Ferrand González y los sepulcros del taller toledano (1385-1410). Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología: BSAA, ISSN 0210-9573, Tomo 44, 1978, págs. 129-142

· Rojas, Pedro de. Discursos ilustres históricos, i genealógicos. Impresor del Rey Ioan Ruiz de Pereda. Toledo, 1636.

· Riquer y Morera, Martín de. Heráldica castellana en tiempos de los reyes católicos. Biblioteca Filológica, Quaderns Crema, Barcelona, 1986.

· Torres y Tapia, Alfonso de. Crónica de la Orden de Alcántara. Imprenta de don Gabriel Ramírez. Madrid, 1763.

· Ximénez de Sandoval, C. La batalla de Aljubarrota. Monografía histórica y estudio crítico-militar. Imprenta Rivadeneyra. Madrid, 1872.

· https://guiartetoledo.es/en-busca-del-sepulcro-2

· https://caballerosyarte.blogspot.com/2014/11/juan-alfonso-senor-de-ajofrin.html

· Portal de archivos españoles. Copia manuscrita del testamento otorgado por Mencía de Ayala (VI señora de Magán). Código de referencia: ES. 45168.AHNOB//BAENA, C. 353. D. 4-5. https://pares.mcu.es.

Agradecimientos:

· a Carolina Peña Bardasano y Antonio Perla de las Parras, por su fascinante estudio histórico sobre el Salón Rico.

· a Antonio Gómez Laguna, por el meticuloso trabajo arqueológico de documentación mediante fotografía infrarroja de las policromías del Salón Rico.

· a Miguel Ángel Bonache, por la información que día a día descubre durante los trabajos de restauración del Salón Rico y las horas de conversación erudita compartidas.

· a María Eugenia Alguacil Martín, por facilitarnos el acceso al conocimiento, desde el Archivo Histórico Provincial de Toledo, de manera tan agradable.

· a Josu Imanol Delgado y Ugarte, por su ayuda desinteresada en las primeras fases de la investigación.

· al Museu Marès de Barcelona, por su ágil colaboración.

· a la familia González-Jiménez (mis primos) por su ayuda con la documentación en catalán.

· a Belén Díaz Bardillo, informadora turística de Alcántara, por sus ágiles gestiones.

· a Jaime Martín Grados Reguero, por su ayuda con los temas alcantarinos.

5 comentarios
  1. J. A. González Pintado
    J. A. González Pintado Dice:

    Genial trabajo de investigación

  2. Nuria Arribas
    Nuria Arribas Dice:

    Enhorabuena Pablo por vuestro rabajo y por la ilusión que transmites

  3. Álvaro
    Álvaro Dice:

    Excelente y relevante trabajo Pablo. Una vez más, la curiosidad gestiona notables resultados. Lo que empezó siendo un sencillo trabajo descriptivo y objetivo no ha podido resistirse al filtro de la razón y el conocimiento de su intérprete. El resultado: la realidad superando la ficción y aportando luz a una incógnita escondida durante siglos. Excelente descubrimiento.
    Digna historia de una novela (hoy más bien sería una serie de HBO, por aquello de Juego de Tronos) que recoja las batallas de Atoleiros, Troncoso, y Aljubarrota. Espero que este valioso estudio alcance la trascendencia que bien merece.

  4. Rubén Calderón
    Rubén Calderón Dice:

    Impresionante desenlace.
    Ha sido un viaje apasionante, que como decía en un mensaje anterior, aviva los deseos de visitar esta joya de Toledo. ¡Gracias!

  5. Manuel R
    Manuel R Dice:

    Muy interesante. Tanto la didáctica de la investigación como el modo atractivo de la exposición que anima a leer y a esperar a la próxima entrega. Enhorabuena Pablo.

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