Estropicios constructivos
Álvaro Sánchez Ballesteros
El ojo crítico no necesita observar con detenimiento para descubrir la errata.
A veces es aconsejable pasear por Toledo con la única intención de descubrir, como si de un juego se tratase, los remiendos de la trama urbana. Las intervenciones son parte inevitable y necesaria para el cuidado de los edificios. Desgraciadamente, la idea del mantenimiento cero corresponde más a un error de planteamiento que a una ventaja económica, incluso generalmente existe mayor coste en la reparación del daño que en evitarlo con un menor gasto de mantenimiento.
Llevar a la ruina nuestro patrimonio por falta de conservación es el peor de los males que puede afectar a nuestros edificios, de nuevo el hombre vuelve a ser su propio enemigo. Pero quizás, el daño más frecuente es la pérdida y el deterioro constante de nuestra herencia por estropicios constructivos que a modo de remiendos dejan huella en la piel del Casco Histórico. Estas sucesivas reparaciones dicen mucho de nosotros, de nuestra mentalidad y compromiso con Toledo, del interés por la cultura que heredamos.
Es ahora cuando debemos plantearnos un cambio de actitud frente al desinterés inconsciente, donde prima la rapidez de la obra para quitarse de en medio la molestia frente a la correcta restauración del desperfecto. La concienciación hacia el respeto depende de uno mismo, es personal pero transferible. Las intervenciones que dejamos ahora en la arquitectura serán la arqueología del futuro.
Por lo tanto, cambiar la falta de sensibilidad hacia el marco y su entorno es determinante para el futuro de Toledo. ¿Estamos orgullosos de nuestra ciudad?
muy acertado Álvaro en los ejemplos. un abrazo tu compañera Inma
estoy de acuerdo con todo lo que dice.