Una de las principales dificultades que se encuentran los técnicos, al afrontar las obras de rehabilitación de los edificios históricos, es conseguir el equilibrio entre los diferentes intereses que convergen en estas obras. Respetar el patrimonio, ser fieles a las normas del buen hacer constructivo y arquitectónico, reducir costes en la medida de lo posible, … intereses que unas veces reman en el mismo sentido y otras veces en contraposición. La principal pelea es hacer bien las cosas, pero… ¿con qué presupuesto?

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Patio con entramados de madera y balaustradas torneadas en Calle Nuncio Viejo nº 11, en Toledo. Fotografía: Benjamín Juan Santágueda, arquitecto. Año 2020. Promotor: Fraternidad María Estrella de la Mañana.

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Es por ello digno de alabar esas rehabilitaciones valientes que ponen mucho en juego, son origen de muchos desvelos y preocupaciones pero que al final alcanzan los objetivos propuestos. La carga económica siempre suele superar lo inicialmente previsto, pero también la satisfacción es mayor de la imaginada al principio.

Desde el Consorcio de Toledo debemos hacer fácil ese proceso de rehabilitación eficiente, no sólo con ayudas económicas, también con asesoramiento, sensibilización hacia el patrimonio, atención personalizada y empatía. Quizás esto último sea lo más importante y lo más difícil. Ponerse en el lugar del que rehabilita. Si esto se consigue se abren muchas puertas, los propietarios de nuestros edificios están dispuestos a asumir muchas cargas, el que vive en Toledo sabe que responsabilidad le corresponde. Si el mensaje está vacío o es fingido el ciudadano cerrará sus puertas por desconfianza. Ya llegarán tiempos mejores.

Viendo este patio entramado, verde, elevado en caja sutilmente abocinada hacia lo alto, felizmente acabado después de mucho esfuerzo, no me es difícil encontrar la lectura que esconde: unos pocos pilares, pero firmes, sujetando todo, soleras, jaldetas y vigas repartiendo solidariamente las cargas, unas sólidas balaustradas para evitar las caídas y arriba a lo alto la luz clara y el cielo azul. No, no me olvido de ese contundente color verde que tiñe todo, … recuerdo de ese dinero tan necesario para hacer las cosas. Esperamos que no nos falten fundamentos firmes, ayudas de las instituciones para soportar y repartir las cargas, normativas eficientes para evitar caídas y esperanza para superar las dificultades. Toledo se merece lo mejor.

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