En un callejón sin salida de la vieja ciudad de Toledo … La trama urbana actual de nuestra ciudad esconde, generalmente de forma sutil, recuerdos de su vieja disposición de calles, plazas y adarves. Recuerdos de otra forma de organización de casas y edificios, y de los caminos de acceso y circulación entre ellos. Existen, aún todavía, marcas indelebles de como estaban dispuestos los viales en otros tiempos. A veces una sola marca no dará suficiente información como para poder recrear de nuevo, en nuestra imaginación, lo que el paso del tiempo borró, pero si tenemos la suerte de poder encadenar varias piezas del puzle entonces, ante nuestros ojos, se abrirá con facilidad una ventana al pasado.
Existe en el Callejón de los Bécquer una portada de traza sencilla, con su vano tabicado hace ya tiempo y huérfana de su portón. Cierra el paso esta portada, dispuesta como la puerta de una tapia, a lo que parece inicialmente un desangelado pasillo, un adarve abierto entre edificios con historia, en su lado izquierdo lo que en tiempos fue una pensión donde al parecer vivieron los hermanos Gustavo Adolfo y Valeriano Bécquer (Callejón de los Becquer nº 3), y en el lado derecho (Callejón de los Becquer nº 5) un abandonado palacete con espectaculares artesonados y yeserías. Este último edificio fue consolidado estructuralmente hace varios años y estaba prevista su rehabilitación integral por la Consejería de Educación para residencia de estudiantes. Por motivos económicos este proyecto de actuación no se ha llevado a buen término.
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Sin embargo este callejón, que serpentea en forma de L, presenta en su codo un antiquísimo paramento, aparejado con ciclópeos sillares de caliza y granito, muy castigados por el paso del tiempo, formando un paredón monumental diseñado sin género de duda para quedar visto hacia una calle. Éste pétreo cerramiento, estudiado hace unos años por el arqueólogo Arturo Ruiz Taboada, marca la traza de una posible calle de época romana.
Predominan en su composición grandes sillares de piedra caliza, algunos de ellos con una marca de imposta o moldura. En las faltas o huecos del muro original se entremezclan mampuestos de granito, más o menos redondeados, pequeños paños de ladrillo y rejuntados generosos de morteros de cal de diversas épocas y momentos. En algunas zonas se insinúan huecos de paso, o quizás ventanas, … no es fácil decirlo.
Dos grandes machones formados por sillares calizos, situados en los extremos, marcan la traza general del muro. Su parte baja está muy deteriorada, y casi perdida en su totalidad, seguramente motivado por la acción de la humedad de las tierras acumuladas tras el. Al pie del vetusto murallón descansan caídos algunos sillares, agotados por el esfuerzo de siglos esperan a que alguien los ponga de nuevo en juego.
Al fondo de este callejón sin salida, girando a la izquierda, se abre la boca de una potente bóveda de ladrillo, en su interior, y dispuestas de forma aleatoria en sus paredes, se abren varias hornacinas cegadas con grandes sillares. Estos sillares realmente conforman la continuación del muro de sillares calizos. Las hornacinas permiten vislumbrar, tras el paramento de ladrillos, que la traza del antiguo muro corre paralelo a la bóveda. Varios metros más arriba, cargando sobre el viejo paramento, se apoya un muro medieval decorado por una abandonada yesería. Para verla hay que acceder a un patio-corral situado al final del Callejón de San Ginés. (Ver Foro Toletho)
Existe un segundo detalle que refuerza la hipótesis de una posible calle de la Toletvm romana. Cerca de este emplazamiento se encuentra un tramo de alcantarilla romana, descubierto recientemente, bajo los inmuebles de la Calle de la Sal nº 5 y el Callejón de los Becquer nº 4. El desarrollo en zig-zag de esta cloaca parece dirigirse hacia este enclave, al menos eso parece indicar una cata arqueológica realizada en este último inmueble confirmando esta alineación. Bajo el inmueble donde vivieron los hermanos Bécquer, en el nº 3 de la calle del mismo nombre, existe un interesante sótano, casi todo él excavado en roca con una pequeña cueva en su fondo, no advirtiéndose ninguna señal de la galería romana. Al otro lado del adarve, en los sótanos del palacete, tampoco se aprecia la impronta de la citada galería, aunque aquí es más difícil descubrir su ubicación al estar los paramentos revestidos. Estas disposiciones constructivas parecen indicarnos que el único paso franco que tiene la galería es el callejón sin salida que describimos. Generalmente los sistemas de saneamiento y alcantarillado suelen coincidir con la trama de calles. De esta manera es fácil imaginar que la cloaca de la Calle de la Sal nos marqué un antiguo trazado romano, y su prolongación teórica va directo a lo que parece un paramento de una calle muy antigua.
El desarrollo actual conocido de la cloaca romana se ha podido determinar con precisión mediante la realización de un levantamiento topográfico contratado por el Consorcio de la Ciudad de Toledo. Éste tipo de trabajos, realizado de forma sistemática desde hace varios años por nuestra institución, documenta de forma gráfica todos aquellos elementos arqueológicos de entidad sobre los que interviene el Consorcio. En este caso particular en condiciones de trabajo muy complicadas.
Esperamos en un futuro no muy lejano confirmar nuestras sospechas, y contribuir con nuevos descubrimientos al conocimiento más detallado de la Toletvm romana.
Alcantarilla romana Calle de la Sal nº 5. Toledo from CONSORCIO DE LA CIUDAD DE TOLEDO on Vimeo.
por Jose María Gutiérrez AriasPara saber más sobre la alcantarilla de la Calle de la Sal:
Alcantarilla romana Calle de la Sal