El micvé del Callejón del Verde
Jose María Gutiérrez Arias
Desde la creación del Consorcio de Toledo en el año 2001 han sido numerosas las visitas, varios miles ya, a los edificios de la ciudad histórica. El bagaje acumulado es grande, pero la ciudad despliega aquí y allá nuevos hallazgos demostrando que todavía nos queda mucho por conocer. Entre los lugares que visitamos, o si queremos decirlo mejor, entre las zonas de los inmuebles que inspeccionamos hay algunas que, casi sin excepción, resultan siempre muy atractivas. Nos referimos a sótanos, pasadizos, aljibes (en el caso de que puedan ser accesibles) y en general todo aquello relacionado con lo edificado bajo tierra, ese mundo subterráneo que bajo los pies de nuestras casas se esconde.
Conscientes de que este conjunto de sensaciones son comunes al gran público, queremos hoy mostrarles una fotografía de un pequeño sótano, singularmente abovedado y parcialmente excavado en roca, perteneciente a una casa de la Judería. Se encuentra ubicado en el Callejón del Verde nº 1B y su peculiar forma de cubrir el espacio es característico de algunos sótanos de esta zona de la ciudad. Este tipo de construcción, que suele acoger en su interior lo que denominamos micvé, está asociado al uso de rituales litúrgicos y baños de purificación.
El micvé es el espacio donde se realizan los baños de purificación que prescribe el judaísmo. Es un lugar que en el que se utilizan aguas de origen natural, como el agua de lluvia, de un río o de un manantial, y en ningún caso agua estancada. El agua utilizada para estos rituales era considerada por los judíos como un bien de origen divino y no debía ser manipulada para no perder su poder purificador. La bóveda de ladrillo que cubre este espacio es de tipo baída, en la clave existe una generosa lucerna cuadrada, ahora tabicada, por la que pasaba la luz de un patio y posiblemente el agua de lluvia. No es descartable el uso combinado de un manantial, que hoy no vemos, advertimos en la pared del fondo, que se abre sospechosamente limpia y franca al terreno natural, una dura pared de roca, por la que en tiempos pasados podría manar el agua. Nos indica la persona que actualmente ocupa la casa que en determinadas épocas del año se marca una línea de humedad en el suelo, siguiendo el eje de la estancia, siendo posible por tanto que bajo el solado moderno exista una escorrentía que canalizada cruce el espacio.
El hecho de que estos espacios de purificación asociados al agua estén ubicados en sótanos, se explica por las condiciones que impone el uso del agua natural o corriente: una estancia situada en un nivel inferior hasta donde es fácil de llevar el líquido elemento por su propio peso desde los tejados o un espacio subterráneo donde se capta y aprovecha un manantial.
Adjunta hay otra estancia, desde donde capturamos la fotografía que abre nuestro artículo, ésta es sencilla, sin nada que nos haga sospechar un uso no convencional. Si advertimos, en su extremo contrario al micvé, una puerta tabicada cuyo vano se protege por un potente arquillo, entendemos por ello que nuestro sótano se extiende a la casa colindante, de la que no disponemos ningún dato. Esperamos poder visitar en algún momento el subterráneo vecino y compartir con ustedes lo que Toledo nos quiera mostrar.
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