Si viven ustedes en el casco histórico de Toledo o han paseado por allí recientemente, se habrán percatado de que el Corral de Don Diego bulle de frenética actividad rehabilitadora. El Consorcio de la Ciudad de Toledo está dedicando un extenuante y gratificante esfuerzo (a partes iguales) para la regeneración urbana de este sector de la ciudad.
En el corazón del Corral de Don Diego se ubica el Salón Rico, una qubba, quadra o tarbea, de origen medieval que contiene tesoros inenarrables (al menos en la presente entrada), de los cuales quizá hablemos en un futuro en el blog de forma pormenorizada. Pero hoy no es objeto de estas líneas que nos ocupan el disertar sobre urbanismo, proyectos de arquitectura o historia del Salón Rico, sino el poner el foco sobre uno de los detalles del edificio, una de sus alhajas: la heráldica que exorna el arrocabe de la armadura de su cubierta.
Es la Heráldica Ciencia del Blasón o «Ciencia Heroyca» (como la llama el Marqués de Avilés), una disciplina auxiliar de la Historia, con gran poder evocador de tiempos bajomedievales y de mucho interés para investigadores en materias como Genealogía, Nobiliaria y otras disciplinas patrimoniales que en nuestra ciudad pueden resultar de gran provecho debido a la extrema fecundidad con que los escudos heráldicos proliferan en portadas, alfarjes, arrimaderos, tallas, pinturas, libros, etc.
La Heráldica, propia de los siglos XII en adelante, tiene un periodo de esplendor entre los siglos XIII y XV, con reglas, vocabulario y legislación propias que alcanzaron gran predicamento en la sociedad medieval y moderna.
Si se fijan en la parte inferior de la fotografía anterior del artesonado ochavado que supone la cubierta del Salón Rico, sobre las tablas conocidas como alicer del arrocabe podrán observar a duras penas los restos de cuatro escudos heráldicos diferentes, repetidos en cada uno de los ocho paños del octógono en desigual estado de conservación. El privilegio de tener una plataforma de andamio a la cota del alicer, permite distinguir los detalles y estudiar los escudos heráldicos como en ningún otro momento.
En Heráldica, sobre todo en los periodos más antiguos, nada de lo representado suele ser casual, de manera que cada figura, cada pieza, cada color, nos aporta capas de información que es capital conservar, para el conocimiento de las gentes que ostentaron los escudos y que habitaron los edificios que hoy conforman nuestro patrimonio cultural. En el caso del Salón Rico, con los datos que tenemos hasta el momento (y que se irán actualizando conforme avancen los trabajos de restauración), disponemos de cuatro escudos que podemos describir inicialmente (lo que en heráldica se llama «blasonar») del siguiente modo:
1.- de oro, tres fajas de gules.
2.- de plata, seis palomas de azur picadas y membradas de gules y armadas de sable; filiera de gules.
3.- de gules, cinco leones rampantes de oro colocados en sotuer.
4.- de gules, un castillo de sable aclarado del campo.
No desespere, lector impaciente. Si no está familiarizado con la heráldica y no conoce el lenguaje para blasonar, probablemente la descripción de los cuatro escudos que acaba de leer ha podido mellar su ánimo. Descanse, de momento. Nos proponemos en las siguientes entradas, dibujar, colorear y explicar cada uno y definir todos los términos empleados en su blasonado, de modo que podamos alcanzar un mayor conocimiento de los escudos heráldicos del Salón Rico del Corral de Don Diego y de lo que ellos mismos nos cuentan con sus formas y colores.
FUENTES:
· Messía de la Cerda y Pita, Luis F. Heráldica española. El diseño heráldico. Aldaba Ediciones. Madrid, 1990.
· De Cadenas y Vicent, Vicente. Fundamentos de heráldica. Ciencia del blasón. Hidalguía. Móstoles, 1994.
· Delgado y Ugarte, Josu Imanol y Martínez Larrañaga, Fernando. Manual de Heráldica. La ciencia del blasón. Editatum. Torrazza Piamonte (Italia), 2019.
· Bardasano, Carolina y Perla, Antonio. Estudio sobre el Palacio de Don Diego. Inédito. 2016
Agradecimientos:
· a Carolina Peña Bardasano y Antonio Perla, por su fascinante estudio histórico sobre el Salón Rico.
· a Antonio Gómez Laguna, por el meticuloso trabajo arqueológico de documentación mediante fotografía infrarroja de las policromías del Salón Rico.
· a Miguel Ángel Bonache, por la información que día a día descubre durante los trabajos de restauración del Salón Rico y las horas de conversación erudita compartidas.
· a Josu Imanol Delgado y Ugarte, por su ayuda desinteresada en las primeras fases de la investigación.
Interesante articulo para los que no sabemos de este tema. Espero ir aumentando en el conocimiento de la heráldica con las próximas entregas
Muy interesante entrada, elegante siempre la pluma de Pablo González, esperando con impaciencia la continuación.
¡Más!… Por favor.